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LOS JUGUETES DEBEN ENRIQUECER LA VIDA DE LOS PEQUEÑOS

Qué pasaría si existiera un mundo únicamente habitado por juguetes? Quizás muchos niños pedirían de Navidad un viaje interplanetario hacia una galaxia donde sus sueños se hicieran realidad. Muy seguramente, también algunos papás se verían en la penosa tarea de no saber qué hacer cuando uno de sus hijos les diga que quiere quedarse de por vida en ese maravilloso lugar o los más osados harían caso a las peticiones de los niños y ocuparían su tiempo jugando con ellos, pues en ese planeta todo sería diversión.

Pero, a pesar de que este mundo exista o no, a millones de años luz del nuestro, hay un lugar donde los juguetes sí tienen un espacio propio y cobran vida; está en el corazón de los niños y en su inagotable imaginación.
Por eso, cuando un pequeño observa un juguete, sus ojos se abren absortos, pues es la posibilidad real de soñar y sobre todo de jugar. El juego es inherente al juguete y este lo es también a la vida del niño, pues él lo utiliza para expresar y crear. Ya lo dice Gianni Rodari en su Gramática de la Fantasía: El juguete es el mundo que él quiere conquistar y con el cual se mide... también es la proyección, una prolongación de su misma persona .
De ahí, que en el juego, los juguetes cobren un especial significado, pues se convierten en los instrumentos que permiten ser un médico, un heroico bombero, una famosa cantante o algún rey de una tierra desconocida.
Más que un objeto
Cuando los niños le dan vida a un juguete es usual que coloquen en él parte de su corazón y lo quieran tanto o más que a un familiar. Dice Yolanda Reyes, pedagoga y escritora: Una muñeca se quiere entrañablemente porque ahí es donde uno empieza a entrenarse en un sentimiento que después va a descubrir como el de ser mamá o el de cuidar a alguien. Los juguetes son un proyección de nosotros mismos, por eso los queremos tanto y mientras más viejitos estén, tienen mayor valor .
Ese algo es la vida y la posibilidad cercana de poder transformar el mundo y crear uno mejor en la imaginación. Para la sicóloga infantil María Elena López, la relación del niño con los juguetes le permite tener relaciones de igual a igual, pues con los adultos resulta bastante complejo. El juguete es el otro con el que el niño no tiene que debatirse, pues lo puede controlar a su gusto, además es incondicional, siempre esta ahí para hacer lo que uno quiera , señala.
Dar un juguete en esta Navidad es validar el derecho que tiene todo niño a jugar. La garantía del juego es la construcción de un mundo interior. El infante que puede jugar siempre va a ser un niño sano, que no va a necesitar tratamiento sicológico porque es capaz de sacar de sí mismo las cosas y transformarlas , dice Reyes.
El juguete no solo permite representar todo lo que se siente, pues también se usa para entrar al mundo de los adultos. Cuando se juega al papá y a la mamá o al doctor, se empieza a entender cómo son esas responsabilidades, en el juego se hace realidad el deseo de ser mayores. Explica Rodari: Hay un industria que fabrica trencitos, automóviles y ajuares de muñecas en una constante miniaturización del mundo de los adultos. Pero la necesidad del niño de imitar al adulto no es una invención de la industria, no es una exigencia impuesta: hace parte de su necesidad de crecer .
Además es el mundo donde los niños viven, una realidad que ya está hecha y que ha sido construida por otros. Pero cuando se juega a ser grandes, se aprende a vivir en esa medida. El niño se preocupa entonces por el papel que cumple o va a tener.
Y en ese camino, conviene ayudarle al pequeño a elaborar un universo de juguetes donde pueda tener más libertad para proyectarse a sí mismo, pues la capacidad creadora y de aprendizaje están directamente relacionadas con los juguetes.
Una relación artística
Con frecuencia cuando los niños suelen hablar a sus juguetes, dramatizan esa comunicación, inventan una historia con ellos, les dan vida y crean. Así la relación con el juguete se vuelve claramente artística. Dice Reyes: La esencia del arte es hablar con el objeto. Un escritor utiliza el mismo ritual del juego de las muñecas: esta eras tú y hacías esto .
Pero si hay necesidad de desplegar la imaginación infantil, es conveniente dar juguetes que así lo permitan. Es vital que los adultos observen cómo sus hijos pueden jugar mejor con sus talentos, habilidades, capacidades y afectos , afirma López.
En esa tarea, el mercado puede ofrecer muchas posibilidades. La idea es elegir los que inviten a la creación. Reyes señala como muchos juguetes ya traen todo reglamentado. A veces la muñeca que tiene mayor magia es la que habla con la voz de la niña en vez de con sus dos o tres frases programadas.
Igual la fantasía, compañera inseparable de la lógica infantil, logra sobrepasar esas barreras; y a la hora del juego, esa muñeca provista de cuanto existe en la realidad (carro, automóvil, ropa, etc.) resulta ser de acuerdo con lo que a la imaginación se le antoja y no, lo que la industria establece.
En ese panorama, los mayores tiene la gran tarea de entregarle a sus hijos nuevos instrumentos para estimular su capacidad inventiva. Pues resulta sumamente aburrido para el niño limitar el juguete únicamente a su característica técnica, rápidamente explorada y explotada. Se requiere como lo señala Rodari: De cambios de escena, los saltos hacia lo absurdo que favorecen los descubrimientos .
Es ponerse al servicio de la imaginación y jugar con los niños y para ellos. No importa si el juguete a regalar en esta Navidad es el más o menos sofisticado, si es virtual o no, si habla, ríe, canta, llora o habla. Lo importante es lograr que ese juguete enriquezca la vida de los pequeños, pues no siempre el encanto está en el material, sino en la magia que solo le da el juego y la invención.
Y los juguetes bélicos?
* Para la pedagoga y escritora Yolanda Reyes los juguetes bélicos permiten también a los niños proyectarse a sí mismos. Dice: Así como en el juego se dan sentimientos de amor y de cuidar a los demás, también es una salida para las emociones agresivas, porque los niños tienen derecho a elaborar sentimientos violentos
* A veces no hay de esos juguetes y los pequeños imitan con el dedo una pistola o con el secador de pelo de muñecas juegan a los pistoleros.
* Pero, para la sicóloga infantil María Elena López, en un país como el nuestro los niños tienen acceso a la violencia todo el tiempo y eso hace que reproduzcan lo que ven, en el juego. Afirma: Regalar juguetes bélicos sí predispone a ser violentos. No es conveniente regalarlos, más cuando estamos intentando otra manera de relacionarnos .
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