El proceso de socialización ha sido dividido en dos fases: la socialización primaria y la socialización secundaria.

La socialización primaria ha sido definida como la fase por la que el individuo atraviesa en la niñez y mediante la cual se convierte en miembro de la sociedad. La socialización primaria, que normalmente tiene lugar dentro de la familia, es la más importante para el individuo, porque en ella adquiere el lenguaje, los valores, los sentimientos, las creencias y los modelos de conductas que van a orientar el comportamiento de los individuos.

Las dos características más importantes de la socialización primaria son la carga afectiva con la cual se transmiten sus contenidos y la identificación absoluta con el mundo tal como lo presentan los adultos. Gracias a ellas es posible para el niño internalizar los contenidos que le van a permitir la inserción en la estructura de su sociedad.

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