Si se piensa de forma positiva, la realidad adquiere un matiz y un tinte más humano, más ajustado a la realidad social que nos impregna. Sin embargo, no se puede pretender cambiar a todo el mundo a partir de la mentalidad positiva; cada uno de nosotros solo puede controlarse a sí mismo, y solo cuando esta situación se ha dado, entonces podemos afectar a los otros, mientras tanto no existe esa posibilidad. El optimismo sirve para analizar con cuidado el pasado, y planificar y predecir el futuro con realismo.