La fundación funciona en Cartagena, pero no en la ciudad amurallada ni en el centro histórico de la ciudad, sino que sus acciones se centran en la periferia de la ciudad, donde se encuentran las necesidades más sentidas de la sociedad; donde el hambre, la miseria y la pobreza extrema luchan entre sí para sobresalir; donde se encuentran personas que no pueden ser catalogadas como ciudadanos porque no cuentan con acceso a los servicios básicos, ni con educación ni con salud.