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Este Cmap, tiene información relacionada con: reyes católicos 3, 3.- UNIFICACIÓN TERRITORIAL consiste en El sueño de crear un reino cristiano único en toda la Península suponía incorporar a la unión Castilla-Aragón los otros tres estados Granada, Navarra y Portugal. Tras la caída del imperio almohade en el siglo XIII, sólo Granada existía como territorio musulmán independiente en la península Ibérica. El reino nazarí era vasallo de Castilla y debía pagar a ésta anualmente una cierta suma de dinero para conservar su independencia. La definitiva guerra de conquista comenzó unos incidentes que se habían producido en la frontera en 1483. Con la guerra de Granada se recupera el ideal de cruzada. Fue un conflicto en el que se usaron por igual la diplomacia y las armas. De 1481 a 1486 es una guerra todavía medieval, pero a partir de 1487 es una guerra moderna, basada en el control del territorio y los avances de la poliorcética. Lentamente fueron cayendo en poder de los Reyes Católicos las ciudades más importantes (Málaga en 1487, Baza en 1489), tras sufrir largos asedios y el empleo masivo de la artillería. La resistencia de los granadinos se vio muy mermada por la guerra civil que mantenían tres personajes de la casa real nazarí que se disputaban el poder: Abû Abd Al·lâh Mohammed ben Abî al-Hasan Alî, último rey de Granada, REYES CATÓLICOS 3 el tercer apartado 3.- UNIFICACIÓN TERRITORIAL, REYES CATÓLICOS 3 el cuarto apartado 4.- UNIFICACIÓN RELIGIOSA, 4.- UNIFICACIÓN RELIGIOSA consite en Con los Reyes Católicos se interrumpe el estatus medieval de convivencia relativamente pacífica de cristianos, musulmanes y judíos, aunque lo cierto es que las tres comunidades habían mantenido durante los siglos anteriores escasas relaciones entre ellas. Los judíos constituían una minoría muy activa y de gran importancia económica, enriquecidos gracias a su labor de prestamistas y comerciantes, y algunos con influencia en altas esferas . Esta posición de preeminencia suscitó el odio del pueblo hacia ellos . Ante la creciente presión social, muchos optaron por el bautismo (judeoconversos), pero la desconfianza de los cristianos generó uno de los aspectos característicos de España en la Edad Moderna: la diferenciación entre cristianos viejos y conversos (o cristianos nuevos), manifestada en la limpieza de sangre. En 1492, mediante un decreto se les obliga a bautizarse o salir del reino en un plazo de cuatro meses. La marcha de entre 100.000 y 150.000 judíos españoles (llamados sefardíes) hacia el norte de África o al Imperio Turco significó la pérdida de una población laboriosa que repercutió muy negativamente en nuestro desarrollo económico posterior. Los que se quedaron tras su obligado bautismo (judeoconversos), siempre sospechosos de seguir practicando en secreto sus antiguos ritos, fueron las principales víctimas de la Inquisición. A pesar de las capitulaciones, que reconocían toda clase de derechos a los musulmanes granadinos, lo cierto es que desde muy pronto sufrieron múltiples presiones para que abandonaran su religión y